La Sala de Psicomotricidad es un lugar donde los niños tienen la oportunidad de mostrarse tal como son. Es un espacio que les contiene, que les da seguridad para mostrarse en toda su autenticidad. Este espacio tiene unos materiales que les permite a los niños desarrollar su creatividad, que les permite explorar, descubrir y vivir todas sus posibilidades, tanto motrices, como afectivas y cognitivas.
El material por excelencia en la Sala de Psicomotricidad son los bloques de goma-espuma, de diferentes tamaños, densidades y colores. Estos objetos son maleables y neutros; fomentan en los niños la expresión de su auténtico Yo y no producen ningún tipo de condicionante para su utilización. Son los mismos niños los que le dan la utilidad y el significado simbólico. Por ejemplo, las espalderas les dan la oportunidad de escalar, realizar saltos y experimentar sus capacidades motoras, en un entorno de seguridad, de placer y las telas las utilizan para esconderse, disfrazarse, taparse o arrastrar al otro.
Todos estos elementos, utilizados bajo el acompañamiento de la psicomotricista, van a favorecer la maduración psicológica de los niños y niñas, ayudándoles en las posibles deficiencias que puedan presentar.
En la actualidad desarrollo mi actividad profesional en el Centro de Ayuda Psicomotriz. El centro cuenta con una Sala de psicomotricidad, donde realilizo principalmente práctica psicomotriz terápeutica (individual) y mi despacho, un espacio para conversar con los padres y madres.
Además de este lugar, colaboro con centros educativos y terapeuticos, sobretodo con escuelas infantiles, donde desarrollo principalmente practica psicomotriz educativa (en grupo).