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Somos padres de una nena de cuatro años y decidimos que a los dos años fuera a psicomotricidad con Mercedes para que durante unas horas a la semana se encontrara en un espacio seguro y estimulante en el que dar rienda suelta a todas sus ganas de moverse, de saltar, empujar, escalar, tirar, rodar, subir, bajar y afianzara con ello sus logros de movimiento, sintiéndose cada vez más autónoma y segura.
Al ver que lo que esperábamos se producía y la alegría que le dan las clases con Mercedes, su hermano ha empezado a recibirlas con año y medio.
Recuerdo especialmente cómo, en una clase abierta, subida a lo alto de cuatro colchonetas nos miró orgullosa antes de lanzarse a la colchoneta que la esperaba enfrente en el suelo.Tania, nuestra hija, era un poco miedosa en las actividades «físicas». Eso se le notaba tanto jugando como en los parques, atracciones, etc. También era un poquito patosa. Pensamos en apuntarla a psicomotricidad por ambas razones. En resumen, se lo pasó muy bien. Tanto, que decidimos seguir con ello después de la guardería.
Hoy en día Tania tiene 7 años y sigue siendo precavida, es su carácter, pero lo justo. Tiene mucho más control sobre lo que puede hacer o no y es una de las mejores de su clase en las actividades físicas. Pero lo más importante es que disfruta haciendo estas actividades y ha olvidado completamente los miedos que le impedían hacerlo.¡Enhorabuena, Mercedes, por tu página web! ¡Ah, y de paso, ya que estoy aquí, agradecerte de nuevo tu magnífico trabajo!
Lo mío es que ha sido diferente. No buscaba una maestra de psicomotricidad, ni sabía de qué iba todo esto. Has sido tú la que me encontró, has sido tú la que al reparar en los grandes e infructuosos esfuerzos que hacía para despertar en el niño el interés hacia el mundo que le rodeaba y ayudarle en el proceso de maduración y de adaptabilidad, me ofreciste tú ayuda.
En un principio me negué, es cierto, pero tras pensarlo un poco más… total, no perdía nada, quizás ganaba algo. Y, desde luego, nada más ver los resultados, me atreví a pedirte, esta vez yo, que me ayudarás también con la niña. La petición fue aceptada y tras un año de cursos individuales están hechos todo unos críos extrovertidos, sociables y muy amables
¡Decir que eres la mejor, es quedarme corta! ¡¡¡Gracias por hacer maravillas con mis hijos!!!